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La mitad de los conductores que fueron sometidos en Canarias a un control de drogas por parte de la Guardia Civil de Tráfico durante 2017 dieron positivo, según los datos facilitados por el Ministerio del Interior en respuesta a una pregunta de la diputada María de Carmen Hernández Bento (PP).
Según la información oficial de Tráfico, la Guardia Civil realizó 3.698 controles de consumo de drogas entre los conductores de las islas durante 2017, último año del que hay datos completos, el doble de los realizados en 2016 (1.800).
De todos ellos, 1.789 (el 48,37%) dieron positivo en consumo de drogas: 1.279 a cannabis, 493 a cocaína, 168 a anfetaminas, 89 a derivados del opio y 79 a metilfetamina (sustancia presente en drogas como el «speed» o el «éxtasis»).
Por provincias, la mayoría de las pruebas (y de los positivos) corresponden a carreteras de Las Palmas: 2.646 controles, con 1.252 positivos. Otras 1.052 pruebas se realizaron en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, con 537 casos de consumo de drogas.
Los datos aportados por el Ministerio del Interior en su respuesta a Hernández Bento muestran que los controles de alcoholemia realizados por la Guardia Civil en Canarias se han reducido a la mitad en cinco años, pasando de 1.008.365 en 2013 a 499.646 en 2017.
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La policía no puede hacer uso de la fuerza para tomar una muestra con el fin de realizar un análisis de drogas. Sin embargo, no dar una muestra para la prueba es un delito separado que se castiga con una pena de prisión de hasta tres meses y/o una multa de hasta 2.500 libras.
Debe informar a la policía si no acepta los resultados de una prueba de drogas positiva. La muestra se enviará entonces a un laboratorio para que la analicen de nuevo. Esto también ocurrirá cuando haya un test de drogas positivo y usted haya admitido haber consumido algún medicamento, prescrito o no, en las últimas 24 horas.
No asistir a la evaluación inicial o a la evaluación de seguimiento (si se requiere), o no permanecer durante la duración de las evaluaciones se castiga con una pena de prisión de hasta tres meses y/o una multa de hasta 2.500 libras.
Un resultado positivo de la prueba también se transmitirá al tribunal y deberá tenerse en cuenta cuando éste tome una decisión sobre la fianza. Si el tribunal decide concederle la libertad bajo fianza, una de las condiciones será que acuda a la cita y a las reuniones de seguimiento. Si no está de acuerdo, no se le concederá la fianza y se le mantendrá en prisión hasta la siguiente vista.
Benalmádena, Málaga Dos toneladas de hachís incautadas y 7
Entre el 6 y el 12 de diciembre, un total de 148.422 conductores en España tuvieron que realizar una prueba de alcoholemia o someterse a otra prueba de control de drogas, y los resultados confirmaron que más de 450 personas dieron positivo todos y cada uno de los días de esa semana.
De las 148.299 pruebas de alcoholemia realizadas la semana de la campaña, un total de 1.731 conductores dieron positivo. De ellos, 1.467 fueron detectados en controles preventivos, mientras que 91 fueron sorprendidos tras haber cometido una infracción. Otros 155 fueron descubiertos por estar implicados en un accidente y 18 más porque presentaban signos evidentes de ingesta de alcohol.
De los 1.731 conductores que dieron positivo en las pruebas de alcoholemia, 224 fueron procesados en el juzgado por superar el límite de 0,60mg/l, mientras que se han abierto expedientes a otros 11 conductores que se negaron a someterse a las pruebas de alcoholemia.
Los agentes de tráfico realizaron un total de 4.977 pruebas de detección de drogas, de las cuales 1.444 resultaron positivas. Como es habitual, las drogas más consumidas fueron el cannabis (1.077 casos), la cocaína (469 casos) y las anfetaminas (202 casos), lo que, por supuesto, suma más de 1.444, lo que indica que algunos de los que se pusieron al volante estaban bajo la influencia de más de una droga al mismo tiempo.
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«El dopaje es la administración a un sujeto normal de cualquier forma posible de un agente extraño o de cantidades anormales de sustancias fisiológicas con el único fin de aumentar artificialmente y de forma desleal el rendimiento del sujeto que participa en una competición»[2].
«La administración o el uso por parte de un deportista competidor de cualquier sustancia extraña al organismo o de cualquier sustancia fisiológica tomada en cantidad anormal o tomada por una vía de entrada anormal en el organismo con la única intención de aumentar de forma artificial y desleal su rendimiento en la competición. Cuando la necesidad exija un tratamiento médico con cualquier sustancia que, por su naturaleza, dosificación o aplicación, pueda aumentar el rendimiento del deportista en la competición de forma artificial e injusta, también se considerará dopaje»[3].
La nitroglicerina se utilizaba para estimular el corazón después de los ataques cardíacos y se consideraba que mejoraba la respiración de los corredores[10]. El campeón estadounidense Major Taylor se negó a continuar una carrera en Nueva York, diciendo: «No puedo seguir con seguridad, porque hay un hombre que me persigue por la pista con un cuchillo en la mano»[11].