¿Qué es el gas renovable o no renovable?

Definición de recursos no renovables

Existen nueve grandes áreas de recursos energéticos. Se dividen en dos categorías: no renovables y renovables. Los recursos energéticos no renovables, como el carbón, la energía nuclear, el petróleo y el gas natural, están disponibles en cantidades limitadas. Esto suele deberse al largo tiempo que tardan en reponerse. Los recursos renovables se reponen de forma natural y en periodos de tiempo relativamente cortos. Los cinco principales recursos energéticos renovables son la energía solar, la eólica, la hidráulica, la biomasa y la geotérmica.

Desde los albores de la humanidad, la gente ha utilizado fuentes de energía renovables para sobrevivir: la madera para cocinar y calentarse, el viento y el agua para moler el grano y la energía solar para encender el fuego. Hace poco más de 150 años se creó la tecnología para extraer energía de los antiguos restos fósiles de plantas y animales. Estas fuentes de energía súper ricas pero limitadas (carbón, petróleo y gas natural) sustituyeron rápidamente a la madera, el viento, la energía solar y el agua como principales fuentes de combustible.

Los combustibles fósiles constituyen una gran parte del mercado energético actual, aunque están surgiendo nuevas y prometedoras tecnologías renovables. Las carreras en las industrias de las energías renovables y no renovables están creciendo; sin embargo, hay diferencias entre los dos sectores. Cada uno de ellos presenta ventajas y retos, y se relaciona con tecnologías únicas que desempeñan un papel en nuestro sistema energético actual. Por una serie de razones, desde la cantidad limitada de combustibles fósiles disponibles hasta sus efectos en el medio ambiente, hay un creciente interés por utilizar formas de energía renovables y desarrollar tecnologías para aumentar su eficiencia. Este sector en expansión requiere una nueva mano de obra.

Consecuencias de los recursos no renovables

Los recursos renovables y no renovables son fuentes de energía que la sociedad humana utiliza para funcionar a diario. La diferencia entre estos dos tipos de recursos es que los renovables pueden reponerse de forma natural mientras que los no renovables no. Esto significa que los recursos no renovables tienen un suministro limitado y no pueden utilizarse de forma sostenible.

Hay cuatro tipos principales de recursos no renovables: el petróleo, el gas natural, el carbón y la energía nuclear. El petróleo, el gas natural y el carbón se denominan colectivamente combustibles fósiles. Los combustibles fósiles se formaron en la Tierra a partir de plantas y animales muertos durante millones de años, de ahí el nombre de combustibles «fósiles». Se encuentran en capas subterráneas de roca y sedimentos. La presión y el calor actuaron conjuntamente para transformar los restos de plantas y animales en crudo (también conocido como petróleo), carbón y gas natural.

Las plantas y los animales que se convirtieron en combustibles fósiles vivieron en una época llamada Período Carbonífero, hace unos 300 a 360 millones de años. La energía de los restos de plantas y animales procedía originalmente del sol; mediante el proceso de fotosíntesis, la energía solar se almacena en los tejidos de las plantas, que luego consumen los animales, añadiendo la energía a sus propios cuerpos. Cuando se queman los combustibles fósiles, se libera esta energía atrapada.

Fuentes de energía renovables

Hay diferentes formas de obtener energía y se dividen en dos categorías diferentes: renovable y no renovable. La energía que se puede volver a fabricar se considera renovable. Entre las fuentes de energía renovable se encuentran la energía solar y la eólica. La energía no renovable es la que no se puede volver a fabricar o reponer cuando se agota. Entre los tipos de energía no renovable se encuentran el carbón, el gas natural, el petróleo (gasóleo, propano y gasolina). Estos tipos de energía no renovable se consideran combustibles fósiles, lo que significa que se formaron a partir de los restos de animales y plantas que vivieron hace millones de años. Aunque se investiga constantemente para descubrir nuevas fuentes de energía, seguimos dependiendo en gran medida de las fuentes tradicionales no renovables.

El petróleo se forma en las profundidades del suelo a partir de los restos de plantas y animales que vivieron en la tierra hace millones de años. A lo largo de los años, los restos de estos objetos quedaron cubiertos por capas de limo y arena. Con el tiempo, el calor y la presión creados por las capas ayudaron a convertir los restos en lo que se conoce como petróleo crudo. Los yacimientos de crudo (zonas subterráneas donde se encuentra el petróleo) suelen ser descubiertos por ingenieros y científicos que determinan si se debe comenzar a perforar. Una vez que se decide que se va a empezar a perforar, se construye una plataforma de perforación petrolífera para llevar el petróleo a la superficie de la tierra, donde se puede procesar y utilizar para nuestras necesidades energéticas. Se pueden fabricar muchos tipos diferentes de combustible a partir del crudo, como gasolina para motores, gasóleo y propano. Además de utilizar el petróleo para la calefacción de los hogares, se emplea en la producción de muchos productos diferentes, como lápices de colores, desodorantes, neumáticos, DVD y mucho más. Hay muchos países en todo el mundo que perforan y procesan el petróleo.

Combustibles fósiles

La mayoría de las fuentes de energía no renovables son combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural. El carbono es el elemento principal de los combustibles fósiles. Por esta razón, el periodo de tiempo en el que se formaron los combustibles fósiles (hace unos 360-300 millones de años) se denomina Periodo Carbonífero.

En estos antiguos humedales crecían plantas, algas y plancton. Absorbían la luz solar y creaban energía mediante la fotosíntesis. Cuando morían, los organismos iban a parar al fondo del mar o del lago. La energía se almacenaba en las plantas y los animales cuando morían.

Con el tiempo, las plantas muertas fueron aplastadas bajo el lecho marino. Las rocas y otros sedimentos se amontonaron sobre ellas, creando un calor y una presión elevados en el subsuelo. En este entorno, los restos vegetales y animales acabaron convirtiéndose en combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo). Hoy en día, existen enormes bolsas subterráneas (llamadas yacimientos) de estas fuentes de energía no renovables en todo el mundo.

Sin embargo, la quema de combustibles fósiles es perjudicial para el medio ambiente. Cuando el carbón y el petróleo se queman, liberan partículas que pueden contaminar el aire, el agua y la tierra. Algunas de estas partículas se capturan y se apartan, pero muchas de ellas se liberan en el aire.

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