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Los recursos energéticos no renovables están disponibles en cantidades limitadas, normalmente porque tardan mucho tiempo en reponerse. La ventaja de estos recursos no renovables es que las centrales eléctricas que los utilizan son capaces de producir más energía según la demanda. Los recursos energéticos no renovables son:
Por ejemplo, el sol sale cada día, pero su capacidad de generar energía es limitada cuando está nublado. Otra desventaja es que los operadores de las centrales eléctricas no pueden aumentar la producción de energía renovable cuando la gente consume más energía, como por ejemplo en un día caluroso en el que mucha gente pone en marcha el aire acondicionado al mismo tiempo.
Estados como California intentan resolver este problema utilizando el almacenamiento de energía, como las grandes baterías, para recoger la electricidad de las fuentes renovables cuando la demanda es baja y utilizarla más tarde cuando la demanda aumente.
Cuando el carbón, el gas natural y el petróleo se queman para producir energía, emiten gases que atrapan el calor, como el dióxido de carbono. Este proceso de captura de calor es lo que impulsa el cambio climático, y el hecho de no abordar este problema es lo que está catalizando la actual crisis climática.
Definición de recursos no renovables
Los recursos renovables y no renovables son fuentes de energía que la sociedad humana utiliza para su funcionamiento diario. La diferencia entre estos dos tipos de recursos es que los renovables pueden reponerse de forma natural, mientras que los no renovables no. Esto significa que los recursos no renovables tienen un suministro limitado y no pueden utilizarse de forma sostenible.
Hay cuatro tipos principales de recursos no renovables: el petróleo, el gas natural, el carbón y la energía nuclear. El petróleo, el gas natural y el carbón se denominan colectivamente combustibles fósiles. Los combustibles fósiles se formaron en la Tierra a partir de plantas y animales muertos durante millones de años, de ahí el nombre de combustibles «fósiles». Se encuentran en capas subterráneas de roca y sedimentos. La presión y el calor actuaron conjuntamente para transformar los restos de plantas y animales en crudo (también conocido como petróleo), carbón y gas natural.
Las plantas y los animales que se convirtieron en combustibles fósiles vivieron en una época llamada Período Carbonífero, hace unos 300 a 360 millones de años. La energía de los restos de plantas y animales procedía originalmente del sol; mediante el proceso de fotosíntesis, la energía solar se almacena en los tejidos de las plantas, que luego consumen los animales, añadiendo la energía a sus propios cuerpos. Cuando se queman los combustibles fósiles, se libera esta energía atrapada.
Ejemplos de recursos no renovables
Uno de los problemas medioambientales que más ha preocupado en el siglo XX ha sido el crecimiento de la población humana. El siguiente gráfico, extraído de la oficina de referencia de la población, ilustra el espectacular crecimiento de la población humana a partir del año 1750. A medida que la población humana ha crecido, también lo ha hecho la demanda de recursos de todo tipo. Mantener a más personas significa producir más alimentos, lo que a su vez requiere mayores cantidades de energía, nutrientes del suelo, agua y otros recursos asociados a la producción agrícola.
Hay muchos tipos de recursos que se utilizan para producir alimentos y forrajes. En general, estos recursos se han agrupado en dos tipos: recursos renovables y recursos no renovables. Los recursos renovables pueden definirse como recursos que tienen el potencial de ser reemplazados con el tiempo por procesos naturales. El proceso de renovación puede ser relativamente rápido, como ocurre con la luz del sol, que llega a diario. O bien, el proceso de renovación puede ser muy lento, como en la formación del suelo, que puede tardar cientos de años. Los recursos no renovables pueden definirse como recursos cuyas existencias o reservas son limitadas o fijas. El suministro disponible de recursos no renovables puede reponerse mediante el reciclaje (por ejemplo, el reciclaje de latas de aluminio), pero el suministro global permanece relativamente constante. La tabla siguiente ofrece varios ejemplos de cada tipo de recurso.
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Un recurso renovable es aquel que puede utilizarse repetidamente y no se agota porque se sustituye de forma natural. Algunos ejemplos de recursos renovables son la energía solar, la eólica, la hidráulica, la geotérmica y la biomasa.
Básicamente, un recurso renovable es un producto del que hay un suministro infinito. Algunos recursos, a diferencia del sol, el viento o el agua, se consideran renovables aunque haya que dedicar algún tiempo o esfuerzo a su renovación. La mayoría de los metales preciosos también son renovables. Aunque los metales preciosos no se sustituyen de forma natural, pueden reciclarse porque no se destruyen durante su extracción y uso.
A diferencia de los recursos renovables, una vez que un recurso no renovable se agota, no puede recuperarse. Como la población humana sigue creciendo y los recursos finitos son cada vez más escasos, la demanda de recursos renovables aumenta.
El biocombustible, o la energía fabricada a partir de productos orgánicos renovables, ha cobrado importancia en los últimos años como fuente de energía alternativa a los recursos no renovables como el carbón, el petróleo y el gas natural. Aunque los precios del biocombustible siguen siendo más altos, algunos expertos prevén que, debido a la creciente escasez y a las fuerzas de la oferta y la demanda, los precios de los combustibles fósiles serán cada vez más altos, lo que hará que el precio del biocombustible sea más competitivo.